Carta del Papa Francisco a Lula
Estimado Luiz Inácio,
Recibí su atenta carta del pasado 29 de marzo, con la que, además de agradecer mi contribución a la defensa de los derechos de los más pobres y desfavorecidos de esa noble nación, me confidenciaba su estado de ánimo y comunicaba su evaluación sobre el actual contexto socio-político brasileño, lo que me será de gran utilidad.
Como he señalado en el Mensaje del 52º Día Mundial de la Paz, celebrado el pasado 1 de enero, la responsabilidad política constituye un desafío permanente para todos los que reciben el mandato de servir a su país, de proteger a las personas que habitan en él y de trabajar para crear condiciones de un futuro digno y justo. Al igual que mis predecesores, estoy seguro de que la política puede convertirse en una forma eminente de caridad, si se implementa con respeto fundamental por la vida, la libertad y la dignidad de las personas.
Estos días estamos celebrando la Resurrección del Señor. El triunfo de Jesucristo sobre la muerte es la esperanza de la humanidad. Su Pascua, su paso de la muerte a la vida, es también nuestra Pascua: gracias a Él, podemos pasar de la oscuridad a la Luz; de las esclavitudes de este mundo para la libertad de la Tierra prometida; del pecado que nos separa de Dios y de los hermanos hacia la amistad que nos une a Él; de la incredulidad y de la desesperación hacia la alegría serena y profunda de quien cree que al final el bien vencerá el mal, la verdad vencerá la mentira y la Salvación vencerá la condenación.
Teniendo presente las duras pruebas que usted ha vivido últimamente, especialmente la pérdida de algunos seres queridos – su esposa Marisa Leticia, su hermano Genival Ignacio y, más recientemente, su nieto Arthur – de sólo 7 años -, quiero manifestarle mi cercanía espiritual y le alentar, pidiendo para no desanimar y seguir confiando en Dios.
Le aseguro mi oración para que, en este tiempo pascual de júbilo, la Luz de Cristo resucitado le cubra de esperanza, y le pido que no deje de rezar por mí.Que Jesús le bendiga y la Virgen Santa le proteja,
Francisco
Vaticano, 3 de mayo de 2019
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Traducción: Cristina Barbosa.