20 de septiembre de 2018

El excanciller brasileño Celso Amorim aseguró este lunes a Efe que la democracia sí corre “peligro” en su país y que, en realidad, “ya fue afectada” porque el expresidente Luiz Inácio Lula da Silva, encarcelado e inhabilitado, no ha podido ser candidato en las próximas elecciones presidenciales. Da Silva (2003-2010) cumple desde abril pasado una condena de doce años por corrupción y blanqueo de dinero, y su candidatura fue vetada por el Tribunal Superior Electoral por una norma sancionada por el propio exgobernante en 2010 que prohíbe que condenados en segunda instancia, como es su caso, puedan optar a cualquier cargo público.

Lula ha designado a Fernando Haddad como candidato del Partido de los Trabajadores (PT) en las elecciones de octubre en Brasil. La situación podrá recuperarse, opinó Amorim en entrevista con Efe, si gana los comicios Haddad, que está “subiendo mucho en las encuestas”, para construir un país “más justo e independiente”.

Amorim consideró “lo más probable” que el candidato ultraderechista Jair Bolsonaro, que marcha primero en los sondeos electorales, y Haddad pasen a la segunda vuelta electoral, donde para él es “muy posible” que ganase este último. Según los últimos sondeos, Bolsonaro obtendría el 26 % de los votos en la primera vuelta, el 7 de octubre, en tanto que Haddad y el laborista Ciro Gomes empatarían con el 13 %.

El excanciller advirtió de que Bolsonaro también es el candidato más rechazado por los ciudadanos brasileños. Aseguró que se vetó la candidatura de Lula da Silva, que contaba con un apoyo del 40 %, con el “objetivo” de perjudicar las expectativas electorales del PT.

“Lula no es una persona, es un proyecto”, argumentó, un programa progresista en el interior y de más independencia exterior respecto a Estados Unidos y de más alianza con Iberoamérica y África. Por eso, cuando la expresidenta de Brasil Dilma Roussef (2011-2016) fue destituida por el Senado brasileño, el objetivo era en realidad también Lula, aseguró.

Amorim confió en que lo que queda de campaña electoral transcurra con “normalidad”, después del apuñalamiento sufrido por Bolsonaro, que sigue hospitalizado, un ataque que “no vino -garantizó- de la izquierda”. Preguntado por los motivos de que el candidato de extrema derecha vaya en cabeza en las encuestas, explicó que existe una “polarización” de la sociedad brasileña, con mucha gente contraria a las políticas de mayor igualdad, de mayor justicia social, de inclusión de la población negra y de las mujeres en las universidades.

“Hay una clase media (…) muy restrictiva en relación con eso y esa gente está caminando en dirección al candidato de extrema derecha”, señaló. Si Bolsonaro finalmente llegase a gobernar, alertó Amorim, el futuro será “muy malo para Brasil”, unos de los países más desiguales del mundo.

Normalmente este tipo de candidatos, comentó, son más nacionalistas, por ejemplo contra la inmigración, pero en términos económicos Bolsonaro es “totalmente neoliberal”. “Creo que tendríamos un Gobierno autoritario, muy violento”, dijo al referirse a declaraciones de este candidato como que “un bandido bueno es un bandido muerto”.

Mantendría la injusticia social, continuó, y habría una creciente dependencia del capital financiero internacional; se agravarían todos los problemas y las reacciones en Brasil llegarían “temprano o tarde”. Sobre la crisis económica y migratoria de Venezuela, indicó Amorim que las sanciones norteamericanas sí tienen efecto porque afectan incluso a los préstamos de terceros países, ya que tienen que pasar por bancos norteamericanos “Pero sin entrar en todos esos detalles, tampoco voy a decir que todo lo que ha hecho el presidente Nicolás Maduro es la mejor cosa, cometió errores también”, precisó.

En este sentido, sobre la política exterior del actual presidente, Michel Temer, dijo Amorím que hoy “Brasil no existe diplomáticamente”, pues no toma la iniciativa ni participa siquiera en algún grupo o foro para ofrecer una mediación para Venezuela.

Reprochó el argumento del ministro de Relaciones Exteriores, Luis Alberto Castiglioni, de que no se puede hacer nada porque el Gobierno brasileño “tiene partido”, es decir, está de parte de la oposición.

Amorim participó hoy en el seminario “Una alerta progresista para fortalecer la democracia y el orden multipolar”, celebrado en Casa de América de Madrid.

 

El Deber