23 de enero de 2020
Foto: reproducción/ YouTube

En enero de 2020, los editores de Brasil Wire Daniel Hunt y Brian Mier, en parceria con Michael Brooks, presentador del Michael Brooks Show, entrevistaron el ex-presidente brasileño Luiz Inácio da Silva en la sede del Partido de los Trabajadores, en São Paulo. La entrevista fue resultado de un proceso de seis meses, que empezó con un requerimiento en la corte de Curitiba para entrevistarlo cuando él aún era un preso político. Lula fue encarcelado gracias a una operación judicial partidista, donde la exposición de pláticas privadas en una aplicación de rede social demostraron haber sido planeada para alzar el neofascista Jair Bolsonaro a la presidencia. Durante la preparación de la entrevista, decidimos no preguntar los detalles sobre su tiempo en la cárcel, como muchos periodistas hicieron recientemente. Al contrario, decidimos enfocarnos en cuestiones relacionadas al legado de un sindicalista y presidente históricamente importante, al imperialismo de los EUA y en cómo derrotar el resurgimiento del fascismo en el escenario mundial. La transcripción a seguir representa la Parte 1 de los 80 minutos de entrevista. La Parte 2 será publicada en una semana. El video fue filmado por Ricardo Stuckert, camarógrafo de “Al filo de la Democracia” y por el productor de la TeleSur, Nacho Lemus, y puede ser visto en el canal YouTube Michael Brooks Show, aquí.

Señor presidente, es un honor estar aquí – y maravilloso venir del Brooklyn para visitarlo. Yo soy Michael Brooks y presento un programa bautizado creativamente de Michael Brooks Show. Estoy acá junto con Brian Mier y Daniel Hunt, coeditores del Brasil Wire, página web fundada por Daniel. Estamos también en parceria con TeleSur y Brasil247. Estar aquí es fantástico y ha sido muy bueno ayudar a que las personas de Norte América sepan más sobre Brasil y sobre su liderazgo. Me gustaría empezar por este tema. Las noticias recientes con respecto al Irán son bastante preocupantes y muchos norte-americanos desconocen su papel en 2010, de negociación de un acuerdo para la paz y resolución política similar al que Obama firmaría unos años después. Pues entonces, en dos tiempos: ¿Por qué el presidente Obama rechazó el acuerdo negociado por usted? Y actualmente vemos que el presidente Trump aumentó las tensiones. Él rechazó el acuerdo y asesinó Soleimani. ¿Cómo ve usted el papel de Brasil y de otros países del Sur en la construcción de la paz en las relaciones internacionales y cómo los EUA podrían ser un aliado al inves de enemigo para construirla?
Primero, es importante mirar aquél momento en que Brasil hizo junto a Turquía un acuerdo con Irán para el enriquecimiento de uranio, pues era un momento histórico distinto del momento en que nosotros vivimos hoy. Brasil era más respetado en el mundo. Brasil era casi que un protagonista internacional, porque nosotros habíamos quitado Alca del debate interno y fortalecido Mercosur. Nosotros habíamos creado Unasur, la unión de los países de América del Sur, BRICs, IBAS, una unión entre África y América Latina, una unión entre países del Oriente Medio y de América del Sur, CELAC, cual era el único encuentro internacional donde participaba Cuba y no participaban Estados Unidos y Canadá. Nosotros habíamos creado el Bando de los BRICS y el Banco del Sur en América del Sur. Brasil se estaba transformando en un protagonista y era fuerte competidor para hacer parte del Consejo de Seguridad de la ONU. Nosotros defendimos que deberían entrar Brasil, India, Alemania y Japón. Ahora, lo que nosotros no nos dimos cuenta fue que Japón tenía un histórico contencioso muy fuerte con China y que China, a su vez, no era tan favorable a la renovación y ampliación del Consejo de la ONU. Pero, nosotros teníamos el apoyo de Rusia, Francia e Inglaterra. Bush, en un primer momento, era muy simpático y Obama un poco menos. Y cuando nosotros nos pusimos a negociar con Ahmadinejad, fue un acto histórico. Estábamos en Estados Unidos, en un encuentro del G20 en Princeton. Yo había platicado con Ahmadinejad en el hotel y en aquél entonces yo no tenía una relación de amistad con él. Yo llegué a la junta y pregunté a Obama si él ya había platicado con Ahmadinejad y él dijo que no. Pregunté a Angela Merkel y ella dijo que no, pregunté al Gordon Brown y platiqué con Sarkozy, ellos dijeron que no. O sea, en realidad nadie había platicado con Ahmadinejad y yo me quedé pensando: “¿cómo estas personas desean hacer un acuerdo si no platican?”. La política internacional está muy tercerizada, sobretodo en Europa. Son empleados que negocian, es más difícil. Y me acuerdo que cuando decidí ir al Irán, Hillary Clinton trabajó muy en contra. Ella llegó a hacer una llamada a Emir de Qatar para que él me convenciera de no ir. Llegué en Moscú y fui hablar con Medvedev, Obama había hecho una llamada solicitando que yo no fuera pues yo sería engañado.

¿Por qué ellos estaban tan preocupados?
A pesar de eso, de que a Obama no le gustaba mi ida a Irán, él hizo una carta diciendo que si Ahmadinejad estuviera de acuerdo, con ciertas condiciones, para él estaría bien. Entonces, fue con esta carta que yo viajé a Irán. Llegamos allá y, después de dos días de pláticas, estaba muy difícil. Entonces, dije al Ahmadinejad que no regresaría a Brasil sin su firma.

Él preguntó si no sería posible hacer un acuerdo verbal y yo dije que no era posible, porque nadie creía en Irán. Que ellos habían dicho que los iraníes son unos mentirosos y no cumplen acuerdos. Entonces le dije que solo me iba si fuera con un acuerdo escrito.

Y él aceptó el acuerdo tal cual nosotros lo propusimos. Yo me quedé perplejo, porque imaginé que Obama quedaría contento con el acuerdo, pero él aumentó las sanciones contra Irán. Y descubrimos que Hillary Clinton no conocía la existencia de la carta que Obama me entregó. Se le hizo raro cuando el ministro Celso Amorim le habló de la carta. Yo no tuve otra escoja que publicar la carta de Obama para que las personas percibieran que nosotros no habíamos hecho ninguna locura. Y el acuerdo que nosotros hicimos era más precioso que el acuerdo firmado por Europa y Estados Unidos. Entonces, fue una cosa muy desagradable. ¿Cual fue mi impresión? Mi impresión fue de que los países ricos, sobretodo los liderados por el pensamiento del Departamento de Estado americano, no aceptaban un nuevo protagonista. Para ellos, Brasil no tenía tamaño para involucrarse en un asunto de tal importancia. Y para mí era fácil platicar con Ahmadinejad, porque yo les decía que la única cosa que yo quería de ellos era lo que yo tenía para Brasil, yo quería que Irán tuviera los mismos derechos que Brasil. Brasil tiene, en su Constitución, la no-proliferación de armas nucleares y defiende el enriquecimiento de uranio solamente para fines pacíficos, para la producción de medicamentos, y así por adelante. Bueno, Ahmadinejad, Khamenei y el presidente del Congreso iraní estuvieron de acuerdo. Lamentablemente, yo fui de Irán a Madrid, porque tenía una junta Unión Europea y América del Sur, pero imaginando que todos quedarían contentos pues yo había logrado un acuerdo que ellos no lograron. Y, cuando me di cuenta, todos estaban en contra, creyendo que Brasil se estaba metiendo donde no lo llamaban. Brasil era una personna non grata en la política internacional. Fue desagradable. Yo pienso lo mismo para Oriente Médio. Mientras existan pláticas entre los gobiernos de Estados Unidos e Israel, no habrá paz en el Oriente Médio. Esto, porque ellos son los responsables por el conflicto. Si no ponemos las personas involucradas en la mesa de negociación y escuchamos a todos, no habrá acuerdo. De tiempos en tiempos entregase un Premio Nobel para una autoridad americana o a una autoridad de Israel. Y la paz, que es lo que interesa al pueblo, nunca llegará. Esto fue lo que sucedió.

Presidente Lula, ha habido mucho esfuerzo para desacreditar el legado del Partido de los Trabajadores a nivel internacional. Algo que observo es la crítica, proveniente de la clase-media autoproclamada de izquierda, sobre la política económica del PT. En sus 500 años de historia, Brasil alternaba entre ciclos de crecimiento y recesión económica, pero hay una línea de pensamiento en circulación, en parte influenciada por las ideas de [economista y fundador del PSDB, partido de centro-derecha] Bresser-Pereira, que defiende que el PT no fue capaz de preparar el país para ciclos de recesión y que el modelo del partido funcionaria solamente durante períodos de crecimiento. Entonces, me gustaría preguntarle ¿qué hizo usted para proteger, con logro, a Brasil de la crisis financiera de 2008 y cuales fueron las medidas que el gobierno adoptó para proteger el país de ciclos futuros de recesión económica cuando usted era presidente?
Es muy graciosa esta teoría intelectual en Brasil, que dice que mi gobierno logró porque saqué provecho del boom del agronegocio y, por eso, la economía se logró. Piense en el siguiente dato: de 1950 a 1980, Brasil fue una de las economías que más creció en el mundo. En media, Brasil creció 7% al año en este periodo, treinta años consecutivos de crecimiento. ¿Por qué no se hizo políticas de distribución del ingreso? ¿Por qué no se hizo políticas de inclusión social? ¿Por qué la economía brasileña, al crecer, no hizo que el pueblo creciera junto? ¿Sabe por qué, Brian? Porque el milagro de nuestro gobierno no fue el boom de las commodities, fue el boom de la inclusión social. Yo tenía la certeza absoluta que el pobre no sería el problema, el pobre sería la solución, a la medida que nosotros lográramos incluir las personas más pobres dentro del presupuesto del Estado y que nosotros permitiéramos que esas personas tuvieran acceso a empleo, salario, crédito y al ingreso, para que ellas pudieran convertirse en consumidoras. No existe en todo el planeta Tierra – aún para aquellos que defienden que la Tierra es plana -, ningún momento al largo de la historia en que una economía creció sin demandas internas y externas muy fuertes. En Brasil, logramos hacer crecer la demanda externa e interna. Brasil salió de 107 para 465 mil millones de dólares de flujo de comercio exterior. También salió de 380 mil millones de reales de crédito interno, que estaba disponible entre bancos públicos y privados, para 2,7 trillones hasta 2010. Además, generamos 22 millones de empregos, de trabajadores formales, con derecho a su registro formal, vacaciones y seguridad social. Y aumentamos el salario mínimo en 74%. El ingreso de los 20% más pobres creció más que el ingreso de los 20% más ricos. Fue la primera vez en la historia y el único país, durante toda la crisis del Lehman Brothers, donde los más pobres tuvieron un porcentaje mayor de ganancia con relación a los más ricos. Entonces, no fue el milagro del boom de las commodities, fue el milagro de la inclusión de los pobres. Fue el milagro de la política social. No fue solamente el aumento del salario mínimo o el Bolsa Familia que nosotros creamos, fue un conjunto de políticas públicas. Yo te daré un dato que tal vez no lo sepas. En nuestro gobierno, nosotros disponibilizamos 49 millones de hectáreas para la reforma agraria. Esto representa 50% de las tierras disponibilizadas para la reforma agraria en 500 años de historia de Brasil. En solamente ocho años, hicimos la mitad de todo lo que fue hecho en los 500 años de historia del país. Cuando decidimos hacer un programa llamado “Luz para Todos” – porque había personas que vivían en las proximidades de termoeléctricas e hidroeléctricas que no tenían energía eléctrica en sus casas -, llevamos energía eléctrica para 15 millones de personas, gratuitamente. El Estado pagando, porque si el Estado no lleva energía eléctrica para los pobres, el rico no lleva. El rico solo lleva para quien puede pagar. Y quien tiene la obligación de garantizar que los pobres puedan prender la luz, la televisión y el refrigerador es un partido como el PT, porque fuímos creados para esto. El milagro fue mirar a 54 millones de personas que no tenían lo que comer. Fue mirar a millones que estaban desempleadas y que el salario mínimo no era posible para que las personas consumieran las calorías y proteínas necesarias. El PT nació para eso, para solucionar estos problemas de la sociedad. Este fue el milagro. Es importante recordar que la economía creció 3.9% en el primera año del gobierno Dilma y 2% en 2012. Y es importante recordar que la crisis se agrabó en las elecciones de 2014. Cuando Dilma intentó hacer la inflexión mandando, inclusive, un proyecto de ley para acabar con la desoneración, el pacto en su contra ya estaba establecido entre Eduardo Cunha, Temer y el Congreso Nacional. Y no permitieron que ella hiciera los cambios necesarios. El dato concreto es el siguiente: no basta que tengas dinero o que hagas crecer la economia, es necesario que sepas para quien revertirás este dinero y crecimiento. Si tu agarras un mil millones de dólares y entregas a un rico, él depositará en una cuenta bancaria y vivirá de especulación. Pero, si agarras este un mil millones de dólares y reparte entre un millón de personas, con 100 dólares para cada quien, percibirás que estos dólares circularán y harán que el mercado funcione, las personas comprarán lo que comer, zapato, calcetín, cuaderno… Y la economía funciona. Este fue el milagro del PT. Por eso que existe tanto odio contra el PT, porque por la primera vez en la historia de este país en 500 años los pobres pudieron viajar de avión. Al rededor de 43 millones de personas viajaron de avión. En nuestro gobierno, llegamos a 113 millones de personas, 60 millones más. Nosotros bancarizamos – pusimos en el sistema financiero brasileño – a 70 millones de personas, más que las poblaciones de Argentina y Colombia sumadas. En el programa Luz para Todos, usamos 1.4 millones de transformadores, casi 8 millones de postes y con la cantidad de cables eléctricos instalados era posible dar treinta y cinco vueltas en el planeta Tierra. La clase media creía que yo estaba beneficiando los pobres con Luz para Todos, pero 89% de las personas que recibían energía compraban televisión, refrigerador, liquidificador y ventilador. En realidad, con Luz para Todos crecieron las empresas multinacionales que producían los productos aquí en Brasil y las personas que trabajaban en el comercio. Las personas no se dan cuenta de la revolución que sucede en un país cuando el pobre tiene acceso a la comida, empleo e ingreso. Entonces, lo que los intelectuales brasileños critican y a veces no perciben es que ellos gobiernan a Brasil desde que llegó Cabral [en 1500]. Ellos gobiernan a Brasil desde la Proclamación de la República, en 1889. Un operario nunca gobernó a este país. Y fue en el gobierno del operario que logramos este milagro de poner el pobre en el presupuesto. Es por eso que existe tanto odio. Yo fui el único presidente de Brasil que no tenía diploma universitario y también el que más hizo universidades en la historia del país. El presidente que más hizo escuelas técnicas y el que más metió estudiantes en universidades. Esto es imperdonable. Es imperdonable que los pobres empiecen a comer carne, ir al cinema, al teatro, empiecen a ocupar los aeropuertos. Y la élite hablaba “El aeropuerto parece una central de autobuses, hay mucha gente”. Antes estaba vacío. La élite debe de reconocer que este fue el momento en que los pobres vivieron mejor, durante el gobierno del PT. Débese de analisar historicamente el país y ver si en algún momento el pueblo vivió en las condiciones posibilitadas por nuestros gobiernos. Para tenerse una idea, por primera vez en la historia del país 94% de los acuerdos sindicales fueron hechos por arriba de la inflación. 94%. Esto significa el éxito. Fue el crecimiento del ingreso nacional y del dinero en el bolsillo del pueblo pobre.

Señor presidente, los gobiernos Lula y Dilma fueron objetos de espionaje de los Estados Unidos, incluyendo invasiones en órganos de seguridad pública e inteligencia. Y esto parece tener más importancia de lo que habíamos pensado en la época. Hubo un gran escándalo de espionaje en su primer mandato, que forzó la embajadora norteamericana Donna Hrinak a pedir disculpas a usted. Actualmente, ella es la presidente de Boeing América Latina, cual recientemente compró a Embraer y colocó en jaque la producción y exportación de cazas brasileños. En su opinión, ¿cuál es la relación entre los espionajes de los Estados Unidos y la soberanía tecnológica brasileña? ¿Cree usted que Brasil fue adecuadamente defendido por su propio aparato de inteligencia?
Brasil siempre tuvo una unión amiga con Estados Unidos. Para mí, Estados Unidos es muy importante en las relaciones de Brasil, pero tardamos 54 años para saber que había un puerta-aviones en aguas brasileñas en el año de 1964, listo para respaldar a los militares que hicieron el golpe con la aquiescencia del gobierno americano. Después de 54 años, asistimos hasta los videos de Kennedy dando órdenes al embajador americano aquí en Brasil. Pero, esto tardó 54 años. Lo que sucedió en el espionaje de los Estados Unidos con relación al Brasil y al mundo fue muy grave. Y lo más grave aún fue los Estados Unidos pedir disculpas para Alemania, pero no para Brasil. Yo creo que Brasil debería de haber ido más a fondo para exigir no solamente disculpas, pero debería de haber buscado otras maneras de comunicación que pudieran dar autonomía e independencia al país. Nadie dió procuración. No hay ninguna procuración de la ONU para los Estados Unidos, sean fiscales y jerifes del mundo. Aquí en Brasil, cuando descubrimos el pre-sal, fue robado un container con informaciones sigilosas de Petrobras. Y las multinacionales del petróleo nunca aceptaron la idea de que Brasil regresara a ser dueño del petróleo, de aprobarse una ley de reparto en el cual el pueblo brasileño fuera dueño del petróleo y no más las empresas multinacionales. Y, en aquel instante, empezó una cierta movilización para desestabilizar nuestro país. Los americanos nunca estuvieron de acuerdo con el hecho de que yo hice un acuerdo con Francia para la producción de navíos movidos a energía nuclear. El compañero de Obama no quedó contento cuando decidimos comprar o Rafale y, después, Dilma decidió comprar el avión sueco. Él no quedó muy contento con esto. Y también no estaba muy contento con una cierta independencia de Brasil. A la medida que China iba ocupando espacios políticos y económicos en África y América del Sur con inversiones, compra de empresas públicas, construyendo carreteras y puentes, creo que los americanos hablaran el siguiente: “Espera, América Latina es nuestra y no permitiremos que los chinos adentren a la región”. Hubo las tonterías y la rudeza contra Venezuela. Porque esto fue una tontería irreparable, reconocer un estafador, un diputado que se auto-tituló presidente de la República. ¡Imagina si se hace moda en todo el mundo! Y lo que yo creo ser mediocre es que los países del mundo entero aprobaron que un ciudadano hiciera un golpe diciendo “yo soy presidente y se acabó”. Si uno quiere ser presidente que dispute las elecciones, que gane y asuma. Si Maduro es un problema, es un problema para el pueblo de Venezuela. No es un problema para el pueblo americano, brasileño o chino. Quien tiene que cuidar de Maduro es el pueblo de Venezuela. Yo defiendo eso para Venezuela, para Estados Unidos y para Brasil. Entonces yo creo que hoy tengo mucha claridad, Daniel. En mis procesos, por ejemplo, hoy es visible… y aprovechando te entregaré, Brian, una carta de los diputados americanos para el procurador-general, hasta hoy sin respuesta. Si tu puedes cobrar, eso es una cosa importante que yo creo que podrías ayudarnos. Los diputados mandaron una carta que cobraba una respuesta en 30 días y el procurador-general no respondió hasta hoy. Si pueden ustedes, me gustaría que hablasen con alguien para saber por qué hasta ahora no fue dada una respuesta… Porque hoy existe, visiblemente, interés del Departamento de Justicia de los Estados Unidos en Petrobras, en la prisión de Lula y en el cierre de empresas brasileñas, sobre todo las empresas de construcción civil. Hoy, está muy claro que había interés de los procuradores americanos en mi encarcelamiento. Existe un video en internet que enseña un procurador americano riendo con la noticia de mi encarcelamiento y yo pienso que el objetivo era cambiar la lógica de Petrobras. Esto es, Petrobras no podría ser una empresa brasileña y el petróleo del pueblo brasileño, el petróleo debería ser de las multinacionales y, dentro de las multinacionales, de los Estados Unidos. Yo leí un libro – olvidé el nombre del autor – llamado “Petróleo”, que cuenta la historia del petróleo desde 1859. Casi todas las peleas que existieron en el planeta Tierra fue por el petróleo. Las invasiones en Irak y en Libia fueron por el petróleo. El intento de invasión de Venezuela era por el petróleo. Mucho de los conflictos del Oriente Medio son por petróleo. Porque los países ricos no tienen mucho petróleo… Bueno, los americanos tienen mucho petróleo, pero es necesario tener una reserva estratégica. Eso fue pensado después de la Segunda Guerra Mundial, cuando Alemania perdió porque no tenía mucho combustible. Se acabó la gasolina y Alemania perdió la guerra. Entonces, los países ricos son obligados a tener mucha reserva de petróleo y ellos están deshaciendo la Petrobras. Brasil, que quería ser exportador de derivados, ahora es importador de aceite diesel y de gasolina de los Estados Unidos, cuando nosotros somos autosuficientes. Son cosas sin explicaciones. Y entonces, sucede la venda de Embraer, una cosa muy grave. Un país jamás será soberano si no tenga el conocimiento científico y tecnológico interno. Y Embraer era una empresa de punta, podría ser una empresa que no necesitara incluso depender de Boeing o de cualquier otra empresa para producir avión. Ellos vendieron Embraer para Boeing, Embraer era la tercera empresa de aviación del mundo. Una empresa muy respetada, que exportaba más que Bombardier. Y ahora quieren deshacerse de Petrobras, del Bando de Brasil, de la Caixa Económica Federal [un banco nacional], de Eletrobras… Brasil está vendiendo sus empresas públicas para las empresas públicas de otros países. Yo pienso que el país necesita hacer una nueva independencia. Brasil debe de tener una buena relación con Estados Unidos, científico-tecnológica, política y económica, pero también debe de ser independiente. Nosotros somos un país de 210 millones de habitantes, 8.5 millones de km2, 360 millones de hectáreas de selva tropical totalmente preservada. Brasil no debe de ser dependiente, sea de Estados Unidos o de China, India o Rusia. Brasil debe de depender de la libertad, educación, empleo e ingreso de su pueblo. Yo pienso que el país está viviendo el peor momento de su historia. Nosotros tenemos un gobierno subserviente. Yo me negué a participar de foros internacionales durante mucho tiempo para no encarcelar a Brasil y ahora el país abrió mano de su libertad e independencia y hace un saludo militar para el presidente americano. Yo creo que nadie respecta quien no se respeta. Y Brasil necesita regresar a ser grande y, para eso, necesita tener a dirigentes políticos que se respecten, que les guste la democracia y sepan que un país que posee frontera con diez países, como Brasil, y una frontera dividida por el Océano Atlántico con toda la costa africana, podría proporcionar mucho más solidaridad a los pueblos más pobres de lo que proporciona hoy. Transferir un poco de conocimiento tecnológico, nosotros llevamos Embrapa para África. Yo creía que la savana africana poseía las mismas condiciones productivas que el cerrado brasileño. Y el programa ya no existe. Llevamos para Mozambique fábricas de producción de medicamentos retrovirales para el combate a SIDA. llevamos la Universidad Abierta para Mozambique. Es este el papel desarrollado por Brasil. El programa “Más Alimento”, que hicimos en Brasil para favorecer al pequeño agricultor y que se extendió hacia África y América Latina, ahora está finalizado. Brasil está aislado y subordinado, de manera vergonzosa, a los intereses de Trump, pidiendo que Trump haga favores al gobierno de Brasil cuando, en realidad, ningún gobierno hace favores a otro gobierno. Tenemos políticas de Estado en relación a otros Estados y eso debe de cumplirse. Entonces, es eso. Brasil no está respetándose, regresó a la época de la colonización.

Brasil Wire | Traducido por Colectivo Regina de Sena México-Brasil contra el golpe.