13 de diciembre de 2018

La correlación entre la garantía de los pueblos a los derechos humanos, especialmente a la salud y la seguridad alimentaria, y la construcción internacional de la paz es patente. Esfuerzos de lucha contra el hambre y la pobreza extrema son fundamentales para la constitución de un mundo más democrático y socialmente justo. Los individuos, comunidades y sociedades que poseen oportunidades reales para el desarrollo inclusivo y el acceso a las condiciones básicas que aseguran la dignidad humana se vuelven resistentes para enfrentar las cuestiones generadoras, el inicio y la continuidad de conflictos diversos. Al final, de la misma manera que hambre y guerra configuran fenómenos que se retroalimentan, garantizar la seguridad alimentaria figura entre los principales instrumentos para alzar la paz mundial.

Por lo que apoyamos la candidatura de Luiz Inacio Lula da Silva al Premio Nobel de la Paz 2019. A lo largo del gobierno Lula en Brasil (2003-2010), las luchas contra el hambre, pobreza extrema y desigualdad social adquirieron prioridad máxima a través de políticas públicas cristalizadas en programas como el Hambre Cero y el Bolsa Familia. Estos programas fueron los responsables mayoritarios por la caída de los índices de desnutrición en el país (del 11% en 2002 a menos del 5% en 2007), y también por la reducción de la pobreza extrema que, según un informe de la Fundación Getúlio Vargas (FGV), cayó un 50,6% en el período relativo al mandato de Lula. Esto posibilitó que el país alcanzara el hecho histórico de salir del Mapa del Hambre de la Organización de las Naciones Unidas en 2014.

Sin embargo, el alcance de las políticas de transferencia de renta y para la superación del hambre adoptadas durante el gobierno de Lula no se restringieron al ámbito nacional, sino que también sirvieron de inspiración para una serie de programas regionales y alrededor del globo. El gobierno brasileño con apoyo del Secretario General de la ONU y de los presidentes de Chile y Francia reunió a decenas de Jefes de Estado en 2004 en Nueva York para lanzar la iniciativa del Hambre Cero Internacional.

La eficacia de los programas brasileños fue reconocida internacionalmente por instituciones de prestigio internacional, tales como la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO), la Asociación Internacional de Seguridad Social (AISS), el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) el Banco Mundial. El ex presidente Lula recibió reconocimiento proveniente de diversas organizaciones y países, por sus contribuciones significativas relacionadas con la lucha contra el hambre en el mundo y la promoción de la paz, a través de los siguientes premios y homenajes: Conocimiento para el Avance de la Justicia Social de la Universidad de Brandeis ); Premio Interamérica (Ciudad de México); Premio Indira Gandhi por la Paz, el desarme y el desarrollo; Premio Nelson Mandela de Derechos Humanos; Premio por la Paz Félix Houphouët Boigny de la Unesco; Premio Jawarhalal Nehru por la Comprensión Internacional; World Food Prize (Estados Unidos); Premio Internacional de Cataluña por el combate a la pobreza y la desigualdad además de decenas de títulos de Doctor Honoris Causa de renombradas universidades.

La elección de Lula para el Premio Nobel de la Paz se justifica por su reconocida trayectoria y esfuerzos contra el hambre y la pobreza, así como por la política exterior de su gobierno en defensa de la paz mundial por medio de mediaciones de conflictos y otras actitudes. Entre las mediaciones podemos mencionar las tensiones entre Venezuela y Colombia, el conflicto interno en Bolivia y la Declaración de Teherán que pretendía establecer un acuerdo para regular el programa nuclear de Irán. Brasil fue uno de los tres países en desarrollo invitados a participar en la Conferencia de Annapolis en 2007. La política de cooperación internacional desarrollada durante su gobierno también fue importante en su aspecto humanitario habiendo dado contribuciones importantes al Programa Mundial de Alimentos.

El movimiento internacional por la candidatura de Lula, liderada por el Nobel de la Paz de 1980 Adolfo Pérez Esquivel, es avalada por personalidades exponenciales de la contemporaneidad, así como cuenta con la firma de más de 400 mil individuos en la plataforma change.org.

Se trata ahora de formalizar la candidatura de Lula y el Comité de Solidaridad Internacional en Defensa de Lula y de la Democracia en Brasil invita a adherirse al movimiento. Además de pedir su apoyo, los alentamos a buscarlo junto a individuos y organizaciones que atiendan a los siguientes requisitos:

• Miembros de asambleas nacionales y gobiernos nacionales (miembros del gabinete o ministros) de Estados soberanos, así como actuales jefes de Estado;
• Miembros del Tribunal Internacional de Justicia en La Haya y del Tribunal Permanente de Arbitraje en La Haya;
• Miembros del Instituto de Derecho Internacional;
• Profesores universitarios, profesores eméritos y profesores asociados de historia, ciencias sociales, derecho, filosofía, teología y religión;
• Rectores universitarios y directores de universidades (o posiciones relacionadas);
• Directores de institutos de investigación de la paz e institutos de política exterior;
• Personas que recibieron el Premio Nobel de la Paz;
• Miembros de la directiva principal de organizaciones que recibieron el Premio Nobel de la Paz;
• Actuales miembros, ex miembros, ex consejeros y ex asesores del Comité Noruego del Nobel.

Para aquellos y aquellas que reconocen la justeza y validez de la postulación de Luiz Inacio Lula da Silva al Premio Nobel de la Paz 2019, la adhesión deberá hacerse hasta el próximo 31 de enero, por medio de formulario disponible en la página del Comité Noruego del Nobel: https://www.nobelpeaceprize.org/Nomination/Nominator-application-form

Pedimos a los que llenen el formulario, si lo consideran conveniente, que informen al Comité de Solidaridad Internacional que lo hicieron a través del e-mail: [email protected] para que podamos acompañar la evolución de la campaña.